Después de varios tira y afloja entre la administración y el sector bibliotecario el pasado viernes se aprobó el Real Decreto que establece el pago de los derechos de autor por sus obras prestadas en establecimientos públicos. Este decreto viene a finalizar la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual de 2007 en la que ya se establecía que las bibliotecas debían pagar derechos de autor a través de las entidades de gestión correspondientes, pero faltaba determinar la forma y cuantía de pago que se establecería en un plazo de un año en un porterior decreto.
Siete años ha tardado en llegar ese decreto que establece y desarrolla las cantidades y modo de pago de dichos derechos de autor. El Boletín Oficial de Estado del pasado viernes 1 de agosto recogía el Real Decreto 624/2014, de 18 de julio, por el que se desarrolla el derecho de remuneración a los autores por los préstamos de sus obras realizados en determinados establecimientos accesibles al público.
Si leemos el decreto vemos que esos establecimientos a los que hace referencia no son sólo las bibliotecas públicas a las que todos acudimos, sino, tal y como recoge el Artículo 2.1, a cualquier préstamo de obras con derechos de autor que se lleve a cabo en "museos, archivos, bibliotecas, hemerotecas, fonotecas o filmotecas de titularidad pública o que pertenezcan a entidades de interés general de carácter cultural, científico o educativo sin ánimo de lucro, o a instituciones docentes integradas en el sistema educativo español."
La Ley de Propiedad Intelectual de 2007 ya establecía que las bibliotecas pagaran 0,2 euros a los autores por cada ejemplar suyo que tuvieran dispuesto para el préstamo. El nuevo decreto reduce esta cantidad a 0,004 euros por obras en préstamo con derechos de autor, pero le suma una nueva tasa por usuario que hay que añadir.
Sí, habéis leido bien, una tasa por usuario. Estas instituciones no deberán pagar sólo por los derechos de autor, si no que también desde el día siguiente de la entrada en vigor del decreto, es decir el pasado sábado, estarán obligadas a pagar 0'05 euros por cada uno de los usuarios inscritos que hagan uso efectivo del servicio de préstamo durante un año, aunque en ningún momento se lleven prestadas obras con derechos de autor. Me explico, imaginemos que una biblioteca tiene una sección con obras clásicas del Siglo de Oro, obras que ya son de dominio público y están exentas de derechos de autor, pues aunque un usuario sólo se haya llevado este tipo de obras la biblioteca igualmente deberá pagar una tasa por él a los centros de gestión. Y quien dice literatura del Siglo de Oro dice tragedias griegas, literatura medieval u obras de finales del siglo XIX.
Así que ahora la remuneración que se llevarían los autores por sus obras prestadas vendría de la suma de los 0,004 euros por obra más los cinco céntimos por usuario, que me imagino se dividirían entre todos los autores, aunque la cosa no está muy clara, porque el Ministerio de Cultura deja en manos de las entidades de gestión de derechos de autor y ellos se lavan un poco las manos. La cosa no queda ahí, porque esta nueva forma de pago que seguro liará a más de un centro todavía no entra en vigor. Mientras la tasa por usuario ya está en marcha no será hasta el 1 de enero de 2016 cuando entre en funcionamiento el cobro de los 0,004 euros, hasta ese momento el Ministerio ha establecido que la cuantía ha pagar se establezca multiplicando 0,16 euros por el número de obras adquiridas cada año para préstamo, sin dejar claro si se refiere sólo a las obras con derechos de autor o no.
Al menos este pago ha dejado libres a aquellos establecimientosde titularidad pública que presten servicio en municipios de menos de 5.000 habitantes, incluyendo los servicios móviles cuando realicen el préstamo en dichos municipios y a las bibliotecas de las instituciones docentes integradas en el sistema educativo español. Además de que no generarán derecho de remuneración las consultas realizadas in situ de cualquier tipo de obra, los préstamos entre los propios establecimientos de préstamo y los préstamos para discapacitados.
Faltará ver en que se traduce todo esto, porque todo este dinero saldrá de los impuestos que pagamos ya que es de lo que se nutren las bibliotecas y servicios de préstamo. Puede que muchas bibliotecas tengan que modificar su funcionamiento al ver su presupuesto mermado a mediados de año, la adquisición de nuevos ejemplares, mejoras en el centro, actividades, etc, se verían afectadas.
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