En una gala donde los premios estuvieron bastante repartidos Birdman se alzó vencedora del premio gordo y de la noche, con el Oscar a Mejor Pelicula, que acompaña con los premios a Mejor Director, Mejor Fotografía y Mejor Guión. Le sigue con el mismo número de premios El Gran Hotel Budapest, pero ya en lo que llamaríamos las categorias "inferiores" de Mejor Banda Sonora, Mejor Vestuario, Mejor Diseño de Producción y Mejor Maquillaje y Peluquería.
Un año más la gala de entrega de los Oscars ha llegado y se ha acabado la "temporada de premios". Decimos adiós a las alfombras rojas, a las fiestas, al peloteo, al dejarse ver en todos los saraos y programas para promocionar la película. Podemos olvidarnos de las quinielas y apuestas y comentar lo que realmente importa: la gala.
Era la primera vez que Neil Patrick Harris se enfrentaba a la tarea de presentar unos Oscars. Aunque su número de apertura fue increíble y claramente lo mejor de la noche. Los números musicales son el punto fuerte de Harris y aquí recogió lo mejor que nos puede regalar el cine con sus movie pictures, desde drama pasando por superhéroes y momentos grabados en la mente de todos. Número en el que le acompañaron Anna Kendrik y Jack Black, y donde Benedict Cumberbatch volvió a regalarnos otro de sus momentos bebiendo de una petaca. Lamentablemente la gala fue decayendo por momentos, con unos chistes más o menos acertados en algunos momentos, pero que dejaban bastante fría a la audiencia del Teatro Kodak de Los Ángeles. La cosa sólo remontó un poco cuando, parodiando una escena de Birdman, Harris salió a escena en calzoncillos. Al menos no podremos decir que no lo dió todo por este trabajo (y nos recordó a nuestro Dani Rovira en los Goya, aunque Rovira conservó la parte superior del traje).
La gala se hizo larga y muchos echamos de menos las pizzas y los selfies de Ellen DeGeneres. Pero tampoco es que los números musicales ayudaran mucho, ya que, a excepción del Everything is Awesome (Todo es Fabuloso) de La LEGO Película, las demás eran baladas más bien lentas, muy emocionales eso sí. El número de La LEGO Película nos dejó como recuerdos divertidos a un Batman en el escenario y regalos de Oscars hechos con piezas de LEGO que se entregaron a algunos de los asistentes -y que como ha descubierto Patrick Harris en una entrevista posterior son exclusivos porque se hicieron con la
condición de que LEGO nunca los comercializaría-.
Uno de los momentos más emocionantes de la gala fue la actuación de John Legend y Common con la canción Glory, de la película Selma, que puso en pie al teatro y dejó a más de uno llorando como Oprah Winfrey, Chris Pine o David Oyelowo (protagonista de Selma). Canción que luego se llevó el Oscar. También fue bonito, aunque no realmente necesario, el homenaje que se hizo al musical Sonrisas y Lágrimas, con Lady Gaga cantando un popurri de sus temas y demostrando la buena voz que tiene y que no necesita de esa extrafalaria imagen, estaba más guapa cuando cantó que con el modelito que lució en la alfombra roja. Número completado con la posterior salida de Julie Andrews, protagonista original de Sonrisas y Lágrimas, para entregar el Oscar a Mejor Banda Sonora visiblemente emocionada.
Por su parte los premios estuvieron muy repartidos y no hubo muchas sorpresas la verdad. Juliane Moore subió a recoger su Oscar a Mejor Actriz por Siempre Alice, como estaba cantado, dedicándoselo a los enfermos de Alzheimer. J.K. Simmons se llevó el Oscar a Mejor Actor de Reparto por Whiplash, Patricia Arquette fue la Mejor Actriz de Reparto por Boyhood y en su discurso reclamó la igualdad salarial para las mujeres mientras una enardecida Meryl Streep gritaba apoyándola. Donde tal vez podía haber algo de sorpresa fue en el Oscar a Mejor Actor, que se llevó al final Eddie Redmayne por su interpretación de Stephen Hawking en La Teoría del Todo. Redmayne se mostró visiblemente emocionado, nervioso y sin saber muy bien como reaccionar ante el premio que prometió "cuidar, pulir y sacar brillo todos los días". Y es que a veces se agradecen estos momentos de sincero nerviosismo en este tipo de galas.
Otro de los discursos que puso en pie a la sala fue el de Graham Moore, ganador al Oscar al Mejor Guión Adaptado por The Imitation Game, que quiso tender una mano a todos aquellos que sufren por ser diferentes y no ser aceptados. Moore declaró en su discurso que había intentato suicidarse con 16 años "por no encajar en una sociedad que me veía diferente, pero mirad ahora donde estoy, así que todos aquellos que seáis diferentes no os rindáis y seguid luchando por vuestros sueños".
También estuvo muy acertado en sus tres discursos Alejandro González Iñárritu -Mejor Director, Mejor Guión Original y Mejor Película-, quien, haciendo bromas sobre su mal inglés, habló de la situación de los emigrantes y de sus compatriotas mejicanos. Además de hacer referencia a la locura de llevar el proyecto de Birdman adelante y bromear que "los calzoncillos blancos que Michael Keaton llevó en la película me han dado suerte porque los llevo puestos ahora mismo".
En total una gala de tres horas de duración -con muchiiiisimos cortes publicitarios- que al final se hizo pesada y tediosa. Emotiva, pero algo aburrida y falta de ritmo. Luego ya llegó el momento de las post-fiestas, donde ganadores, perdedores y todo aquel invitado se dió a la bebida, que es la mejor forma de poner broche final a la noche dorada de los famosos Premios de la Academia. Ahora a nosotros sólo nos queda empezar a sacar MEMEs de la noche de los Oscars 2015.
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